
Es bueno desear lo bueno para los demás. Pero es mejor hacerlo desde el convencimiento que lo "mejor" está siempre por llegar. La Navidad nos dará ocasión de estar un poco más de tiempo con la familia; y el próximo año seguiremos intentando generar trabajos y seguir haciendo las cosas bien.
La familia y el trabajo... Una combinación por la que vale la pena desear de corazón felicidades.
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